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miércoles, 22 de junio de 2011

CREEMOS

Creyeron (todos los que lo creyeron) que para llegar alcanzaba con los titulares. Que no hacía falta mucho más. Que no hacía falta construir, tejer, armar, edificar, sumar, hacer, caminar, recorrer. Que la política era cosa del pasado, que no servía para nada. Que sobraba con un buen asesor de imagen importado.

Creyeron que con los titulares era suficiente, que no hacía falta tener presencia en las provincias. Total, Clarín y La Nación, los diarios nacionales que sólo dan noticias de Capital Federal, les harían todo el trabajo de captar votantes sin tener una mínima estructura en ningún lado, sin tener que esforzarse más que en ir hasta los estudios de televisión, sin tener más que atender el celular para salir al aire.

Creyeron que por estar en Capital Federal estaban en toda la Argentina. Habrán creído eso porque Canal 13, TN, Telefé y muchas radios se ven y se oyen en todo el país que no es Capital Federal (1). Calcularon que con salir y verse repetidos hasta el infinito en las pantallas y radios que se repiten en todas las provincias, ganaban caminando (2)

Creyeron, hace un par de años, que iban a "llevarse puesto" al gobierno y que en su lugar iban a poner al traidor (3). Estaban convencidos que el gobierno no iba a poder gobernar más, porque, de tanto que les publicaban sus fotos y los llamaban para que hablaran por la radio y en "A dos voces", tenían la certeza que sobraba. No importaba que dijeran nada, que es lo que habitualmente dicen (con poquitisísimas excepciones). Total, con la imagen repetida hasta el infinito y con los titulares, alcanzaba.

Creyeron que la Ley de Medios nunca iba a salir.

Creyeron que apenas 80 mil personas iban a concurrir a los festejos del Bicentenario.

Creyeron que el Fútbol para Todos iba a ser un pelotazo en contra para el gobierno.

Creyeron que seguir llamando a Carrió para que vaticinara apocalipsis diarios pagaría.

Creyeron que ese come eses impresentable de De Angelis se convertiría en una especie de prócer campero (4).

Creyeron que cargando contra Moyano, esmerilaban al gobierno.

Creyeron que podían retomar terreno cuando falleció Kirchner. Y otra vez creyeron que se llevaban puesto al gobierno.

Creyeron que, muerto el perro, a la rabia iban a poder dominarla con un par de editoriales con los que demostraron que los desalmados también tienen doble apellido.

Creyeron que inventando diagnósticos clínicos y psiquiátricos e inventando depresiones y ataques de pánico iban a sumar porotos.

Creyeron que juntándose a almorzar sobraba.

Creyeron que en su caída al vacío podían agarrarse del pañuelo de las madres y llevárselas con ellos.

Se creyeron su propio cuento. Y entonces se avivaron de algo: con todo eso que se creyeron, no alcanzaba ni para dar lástima.

Pero igual dieron lástima. O causaron gracia.

La interna del peronismo federal.

El ataque de alta presión de Mario Das Neves.

Alfonsín hijo, apurándolo a Binner (socialista) y cerrando con De Narvaez (que todavía no se sabe muy bien qué es, aparte de filósofo del alicate)

Pino bajándose a la ciudad.

Macri bajándose a la ciudad.

Duhalde inventando un nuevo partido político.

Carrió diciendo "se terminó el luto. Ahora no hay más miramientos".

Hay que decir que hubo una excepción, alguien que no creyó en todo esto y sí creyó en la política y está construyendo como corresponde, y es Binner, esté uno de acuerdo o no con su pensamiento político. Pero tiene esas dos cosas, pensamiento y política. Por algo no sale a cada rato en Clarín, La Nación y TN, aunque claro, al lado la tiene a Morandini, que aparte de tener menos onda que un plano inclinado, todavía está buscando en el diccionario la palabra "progresismo" para saber qué significa. Pero él hace política. Y eso vale.

Y claro, están (estamos) los que no creíamos ni creímos en todo lo anterior, sino en otras cosas, que para qué voy a enumerarlas acá. Los que no creíamos ni creímos en todo lo anterior y sí en otras cosas no necesitamos (no necesitan) enumerarlas; y a los necios, los ciegos, los que niegan todo, no les interesa que las enumere (enumeremos) porque, aunque sean hechos ciertos, las van a negar y van a contestar con 6 palabras desde un Blackberry o van a responder con algún titular de diario, 2 frases hechas, alguna frase sacada del libro de filosofía tachera o con un listado de "hechos de corrupción", esos hechos que sólo y solamente comete el gobierno de la "yegua montonera", esa corrupción infinitamente mayor y peor que la de la época de Menem y que no, no comete nadie más en todo el país, ni privados ni gobernantes ni políticos opositores. Sólo y solamente comete esos hechos de corrupción el gobierno de "esa hija de puta". Así que obviaremos la lista de cosas en las que venimos creyendo quienes creemos que hace falta mucho más que salir en las tapas de los diarios y en TN para hacer política y que para construir hay que gastar suela, saber hablar, pensar, informarse (informarse, no tener la tele puesta a todo volumen todo el día en un mismo canal que arranca a la mañana con una noticia y taladra y taladra hasta las 12 de la noche con lo mismo. Informarse, abrir el abanico, leer, escuchar y ver distintas opciones para construir uno mismo un balance de ideas que, una vez pensadas y elaboradas se conviertan en otra cosa, en algo más, que ayude a la elaboración de un pensamiento propio).

Hay que discutir, pelearse, disentir, enfrentarse, discurrir. Hay que militar, como se pueda, mucho o poco, y defender y ver y criticar y señalar. Hay que poner el pecho, no una Browning 12 mm para metérsela en el culo a los que no piensan como uno (gracias ex compañero productor sojero. Esa línea la voy a usar hasta hartarme) Hay que estar ahí para pensar, no para repetir; para hacer, no para publicitar; para hacerse cargo, no para echarle la culpa de todo a los otros. Hay que estar a pesar de tanta griterío vacuo y de tanta queja por la queja nomás. Hay que estar para argumentar como se debe y para sacar del zapping a los canales que no hay que ver más, porque la verdad, no es sano y hacen mal a la salud.

Y hay que estar para creer, pero no para creer en los titulares de letras gigantes y notas ínfimas. Hay que estar para creer como cree el que está convencido de un proyecto, no de un rejunte de slogans; de tener una ideología, no un folleto con frases hechas. Hay que estar para creer los cuentos son cuentos. Hay que estar para creer en serio.

1 - ¿Desde dónde se toman el atrevimiento de llamar "resto del país" a los 3.980.000 kms cuadrados y 23 provincias que son la Argentina que no son los 200 kms cuadrados y 1 provincia que es la Capital Federal?.

2 - ¿Por qué los canales y radios de Capital Federal que sólo informan sobre Capital Federal se repiten en las provincias?. ¿Por qué no se dejan de ver tanto en las provincias los canales "nacionales" que en realidad son canales de Capital Federal?

3 - Cobos es en definitiva un traidor y sólo eso. Encima es un traidor que hizo historia mundial, por ser el primero en la historia de la democracia en cometer el acto de traición que cometió. Demasiado para alguien tan pero tan poco valioso. Y mucho para que el gobierno mire hacia adentro y se haga cargo de haber cometido tamaño error al llevarlo donde lo llevó.

4 - Después que lo usaron ¿en qué tacho de basura lo tiraron?. ¿Y a la otrora poderosísima mesa de enlace?.

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